La ansiedad de elegir

Sin duda alguna soy un bombeta. Si tengo que subirme a una tarima e imitar a Luis Miguel, diay lo haré. Si me tengo que pelar la panza, diay lo haré. Si tengo que exponer en una junta de trabajo, diay lo haré. Si tengo que cantar en karaoke “Procura” de Chichi Peralta, diay gustosamente lo haré.

Y cualquiera diría que soy una persona confiada. Yo diría que soy más un sin vergüenza que otra cosa. Y con esta característica creo que poca gente me relacionaría con una persona ansiosa. Pero hay una serie de situaciones que me ponen muy ansioso. Esa ansiedad se convierte en estrés, y lo peor de todo es que muchas veces no son situaciones que ameriten que me ponga así. Una de esas circunstancias que me ponen ansioso es tener muchas opciones. Algo tan sencillo como tener que escoger una birra de un anaquel lleno de variantes me pone a dudar por varios minutos frente a las cámaras refrigerantes del súper. 

“…¿cuál quiero?¿cuál quiero?¿cuál quiero?¿cuál quiero?¿cuál quiero?¿cuál quiero?¿cuál quiero?…”

O por ejemplo, ver un menú con muchos platillos y ver a todos en la mesa muy decididos sobre qué quieren comer me acongoja. Y en cualquiera de los dos escenarios el resultado la mayoría de ocasiones es que termino comprando u ordenando lo mismo de siempre. Me da ansiedad elegir cuando tengo tantas opciones. Desearía siempre poder elegir entre 2 o 3 variables: entre 2 o 3 birras, entre 2 o 3 platillos, entre 2 o 3 planes de qué hacer en la noche… Pero no es la realidad en muchos de mis días ¿a ustedes les pasa?

Si analizo porque me pasa esto, siento que es porque en mi cabeza exagero las consecuencias de elegir mal. Dudo de mi capacidad de elección, pero de forma muy profunda dudo también que en cada ocasión Dios está conmigo y a lo mejor no importa tanto qué elija.

“Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido” 

— Génesis 28:15 (NVI)

Muchas veces creo que se trata de ir disfrutando el camino y las decisiones que se tengan en el mismo, abrazando las consecuencias que conlleven cada una de ellas, sabiendo que hay que seguir adelante y confiando en que vamos a llegar dónde está prometido nuestro propósito. 

Me recuerdo cuando subí al Chirripó. Cómo cuesta cada paso y muchas veces uno se pregunta si vale la pena esa “parida”, y muchos momentos en el camino son los que dan gasolina para seguir, pero en ese momento en el que uno está en la cima uno se confirma que efectivamente la decisión de tomar cada paso y seguir sí valió la pena.

Abril 2018

No subimos por la ruta típica, sino que fuimos por San Jerónimo. Nuestro guía, don Abelardo un señor en sus 70 años (con mejor condición que todos nosotros), nos contó que esa ruta él y su familia fueron los que la abrieron a punta de machetazo y darle forma a los trillos. Y si a mi me costó, no me imagino lo que fue ir por el camino cuando aún era virgen. Don Abelardo nos comentaba que uno de sus puntos favoritos en el camino, es donde nacía el río en medio de la montaña:

“¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!”

¡Voy a hacer algo nuevo!
 Ya está sucediendo, ¿no se dan cuenta?
Estoy abriendo un camino en el desierto,
 y ríos en lugares desolados
. 

— Isaías 43:18 (NVI)

Esta es una declaración muy importante: cada nuevo camino que se abra nos va a llevar a nuevos horizontes, nuevos paisajes, nuevas posibilidades y nuevas oportunidades. Y cada nuevo río en encontremos serán una fuente de provisión, sustento y recursos. Supongo que algo así es lo que experimentó don Abe y su familia cuando abrían esta ruta.

Creo que muchas veces si no dejamos que la ansiedad nos asfixie o nos detenga podremos darnos cuenta que el propósito de Dios con nosotros es que florezcamos y crezcamos en medio de estos nuevos caminos al lado de estos nuevos ríos. Mi versículo favorito dice “Ustedes saldrán con alegría y serán guiados en paz” (Isaías 55:12), y yo quiero creer esto en cualquiera que sean las decisiones que me competan de ahora en adelante, sabiendo que me puede esperar una cima llena de paisajes y ríos en el camino ¿y ustedes?

-Charlie!