Espero que después de un tiempo de estar compartiendo por acá, ya sepan que los deportes me apasionan, y que además soy un fanático empedernido de ciertos equipos, tal como: LOS ANGELES LAKERS. Fue un cariño heredado por mi papá, pero fue un fanatismo desarrollado a través de los años por mi profunda admiración a Kobe Bryant. Esta semana los Lakers finalmente volvieron a proclamarse campeones de la NBA, luego de una sequía de 10 años (Oh Dulce Victoria).
Pero este año fue diferente ya que cuando se reanuda la temporada, los equipos se trasladaron por tres meses a Orlando a jugar en una gran Burbuja (Increíble logística por parte de la NBA). Y uno creería que para lograr un título solo se necesita talento, pero sin duda el factor psicológico es vital para tener resultados sostenibles.
Una vez que empezaron las rondas de eliminación del torneo, el equipo de Los Angeles empezó a hacer eco a una famosa entrevista que le hicieron a Kobe Bryant en las finales del 2010. Para los que no conocen el formato de juego de los deportes en EE.UU., los equipos avanzan cuando ganan 4 de 7 partidos de las rondas de eliminación. En el momento de la entrevista, Los Angeles iba arriba 2-0 en la serie contra el Orlando Magic, es decir 50% del trabajo estaba listo para ser campeones, y Kobe Bryant se encontraba serio y un tanto “enojado”. Es ahí cuando un reportero le preguntó por qué no estaba feliz si iban dominando la serie, a lo que Bryant respondió:
“What’s there to be happy about? Job’s not finished. Job finished? I don’t think so.”
Kobe Bryant
“¿Qué hay para estar felices? El trabajo no se ha terminado. ¿Está terminado el trabajo? No lo creo.”
Es así como el actual equipo de Los Lakers se apropió de esta frase para repetidamente recordarse a ellos mismos que cada pequeño paso, era importante claro, pero la meta era otra: ser campeones.
Y en esto yo también traigo dos lecciones de vida. La primera es de siempre tener hambre, siempre podemos seguir persiguiendo sueños y metas. Celebremos lo que se tenga que celebrar, pero démonos cuenta que hay trabajo que hacer aún para ver a nuestro planeta y nuestra sociedad en mejores condiciones. El trabajo no se acaba cuando me gradúo, consigo un empleo o me retiro… Es una mentalidad de que mejores cosas siempre pueden venir si las esperamos y trabajamos por ellas.
Y lo otro que me enseña, o mejor dicho me recuerda, es que Dios no se rinde conmigo y no ha terminado su obra en mi.
Estoy convencido de esto: el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando” — Filipenses 1:6 (NVI)
Como diría mi amigo de Geancarlo Calderón: “Porque nunca te cansarás de hacer tu obra en mi, nunca te cansarás de acercarme a ti…”. Y esto me llena de esperanza, porque si estoy atento puedo darme cuenta en serio como Dios constantemente dice “Job not finished” y acá seguimos. Adelante. Seguimos.
-Charlie!